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La educación sexual necesaria para reducir los embarazos adolescentes

Distintas recomendaciones de organismos internacionales destacan la importancia del acceso a la educación sexual para el bienestar de las personas y para la toma de decisiones informadas y responsables sobre su salud sexual y reproductiva. Así los destaca la UNESCO en su informe sobre Orientaciones técnicas internacionales sobre educación sexual.

En dicho informe, basado en la evidencia, se destaca el papel fundamental de la educación integral en sexualidad para la preparación de la juventud en una vida segura y plena. La ESI hace posible que los las jóvenes desarrollen actitudes, habilidades y conocimientos, acordes con su edad, que les permitan tomar decisiones responsables en relación a su salud sexual y salud reproductiva.

En México, la falta de políticas públicas que fomenten la educación sexual integral de calidad en la escuela provoca que no se aborden con eficacia diferentes problemáticas sociales y de salud pública como son:

  • Los embarazos no planeados en adolescentes. México es el país de la OCDE con las tasas más altas de embarazo adolescente. Según CONAPO, en México el 50 por ciento de las jóvenes entre 15 y 19 años no utilizaron protección en su primera relación sexual, y una de cada diez adolescentes ha tenido un hijo e inició su vida sexual a los 15 años.
  • En relación a las infecciones de transmisión sexual, se estima que 328 casos diarios de enfermedades de transmisión sexual, y que el 30 % de jóvenes entre 18 y 30 años han padecido o padecen una ETS.
  • La violencia y agresiones sexuales son también un grave problema en México. En 2018 se registraron 40.303 casos de mujeres que habían sufrido una violación. Aunque sabemos que esta es solo la punta del iceberg ya que en la mayoría de los casos no se denuncian.

En el informe de la UNESCO se señalan algunas recomendaciones para que la Educación Sexual Integral sea impartida cumpliendo determinados criterios de calidad:

  • Que sea científicamente precisa, es decir basada en la evidencia y no en mitos o creencias religiosas.
  • Que sea gradual, desde edades tempranas y acorde a la edad a quienes va dirigida.
  • Que sea integral, para ello debe incluir distintos temas como fisiología y anatomía sexual y reproductiva, crecimiento y desarrollo en la pubertad, métodos anticonceptivos, relaciones sexuales seguras y responsables, relaciones afectivas saludables y respetuosas o prevención del abuso sexual, del embarazo no deseado, matrimonio infantil y mutilación genital femenina.
  • La educación sexual debe estar basada en un enfoque de derechos humanos para promover los derechos sexuales y reproductivos, la igualdad de género, el derecho a la educación y a la no discriminación por razón de género, clase, orientación sexual, identidad sexual o discapacidad.
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