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La sexualidad en la vida adulta, una nueva etapa

La edad adulta, en especial la llegada de la vejez llevan asociadas una serie de consecuencias que muchas personas  viven con miedo pero que en realidad suponen ventajas para la salud y la sexualidad. En este post enumeramos algunas de ellas:

-    La marcha de hijos/as. A cierta edad, es muy probable que haya menos personas en casa, que nuestr@s hij@s sean mayores y hayan abandonado el hogar. Ya no tenemos excusas para decir que tenemos que cuidarles, hacer las tareas de la casa, que nos da vergüenza que nos oigan… Si bien es cierto que en ocasiones se puede sufrir el llamado “síndrome del nido vacío” porque, desgraciadamente, muchas mujeres han seguido poniendo por delante su papel de madres y centrándose en su tarea de cuidadoras, en realidad es nuevamente una oportunidad. ¡Más tiempo para una misma, para el placer! Reserva una tarde – noche entera para el encuentro erótico- romántico, comunícaselo a tu pareja sexual, planea una cena, un baño aromático, unas velitas, un masaje y nadie os molestará.

-    La menopausia. La retirada de la menstruación conlleva también que la mujer no puede quedarse embarazada. Por ello mismo, si es heterosexual, puede tener relaciones sexuales sin miedo al embarazo, sin usar métodos anticonceptivos. Eso sí, sigue teniendo riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. Es cierto que la lubricación natural se reduce. Pero precisamente por eso, puede ser una buena oportunidad para probar lubricantes. Los más indicados para evitar infecciones son los compuestos de base de agua, aunque de vez en cuando se pueden usar algunos de sabores, efecto frío-calor, etc. Además es una buena oportunidad para visitar una tienda erótica y despertar nuestra curiosidad u organizar un tupper-sex con las amigas. En fin, con la edad ya deberíamos haber perdido la vergüenza. Así también romperemos la rutina, en especial si tenemos parejas de larga duración.

-    Cambios hormonales. La menopausia disminuye el nivel de hormonas. Pero eso no significa que se sea “menos mujer”. Desciende la producción de estrógenos, progesterona y testosterona. Además a cada mujer le afecta de una manera diferente. Uno de los síntomas que sí suele ser frecuente es el de los sofocos, así que ya sabéis, la botellita de agua y a hidratarse. En otros casos puede producirse insomnio. Pues perfecto, sobre todo si no hay que trabajar al día siguiente, ¡a practicar sexo! Y si por la sequedad vaginal la penetración vaginal resulta molesta, recordemos que esos síntomas son temporales y que la penetración no es la única práctica sexual. Puede ser un buen momento para explorar todas las variantes que ofrece la sexualidad: besos, caricias, masajes, mordiscos, sexo oral. El deporte y la alimentación, así como abandonar hábitos insalubres (tabaco, alcohol, alimentos altos en grasas) ayudarán a aminorar esos síntomas. Además, si tienes más tiempo, aprovecha para acudir a talleres especializados o leer sobre el tema. Si la pérdida de deseo sexual es persistente, visita a un/a profesional. En algunos casos, se pueden usar parches de testosterona u otros complementos hormonales. También está demostrado por varios estudios que la vivencia personal de la menopausia de cada mujer, inclusive los síntomas fisiológicos, se verán influidos por las percepciones socioculturales, incluida la transmisión de la madre. Así, una mujer con una visión más positiva de la menopausia tendrá una mejor vivencia.

-    La sociedad. La mayoría de los mensajes negativos sobre la menopausia  y la vejez han sido construidos socialmente. Porque para la sociedad el papel de la mujer sigue siendo meramente “reproductivo” y se penaliza la sexualidad cuando la mujer no usa su cuerpo para tener descendencia. Por eso está mal visto el sexo en la masturbación, en las lesbianas y en la vejez. El tabú del sexo en la edad adulta responde a esa concepción. Desgraciadamente, se sigue teniendo una visión de las ancianas como “santas”, débiles y asexuales, como si su cuerpo fuera un sagrado templo innombrable. En cuanto a las mujeres adultas se critica mucho más el envejecimiento de una mujer que el de un hombre. Cuando un hombre se queda viudo, pasa a ser un “soltero de oro”, con unas canas atractivas. En el caso de una mujer, su estado civil de viuda será eterno, y su imagen más criticada. Las arrugas en la mujer son símbolo de su experiencia, de haberse reído, emocionado. Nuestra generación vivirá cien años y las mujeres/hombres que tienen hijos/as los suelen tener, de media, sobre los 30 años. La edad adulta es sólo el ecuador de una vida, cuando las/os que eligieron ser madres/padres aún están viendo crecer a su descendencia ¡Están en el centro de la vida!

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