
Muchas mujeres sueñan con ser madres, pero a veces el embarazo no llega tan rápido como se espera. Si has intentado concebir sin éxito durante varios meses, es normal que surjan dudas y preocupaciones. Las causas pueden ser muy variadas y, en la mayoría de los casos, es necesario realizar estudios médicos para encontrar la razón y buscar una solución adecuada.
La falta de ovulación regular es una de las principales causas de infertilidad femenina. Síndromes como el SOP (síndrome de ovario poliquístico), alteraciones hormonales o problemas tiroideos pueden impedir que los óvulos maduren y se liberen correctamente.
La fertilidad disminuye de forma natural con el paso de los años. A partir de los 35 años, la reserva ovárica y la calidad de los óvulos se reducen, lo que puede dificultar la concepción.
Las trompas bloqueadas o dañadas dificultan el encuentro entre el óvulo y el espermatozoide. Esto puede deberse a infecciones pélvicas, endometriosis o cirugías previas.
La endometriosis es una enfermedad en la que el tejido endometrial crece fuera del útero, provocando dolor, inflamación y dificultades para concebir.
Miomas, pólipos o malformaciones uterinas pueden afectar la implantación del embrión y provocar problemas de fertilidad.
En aproximadamente el 40% de los casos de infertilidad, el origen está relacionado con el hombre. Alteraciones en la calidad, movilidad o cantidad de espermatozoides pueden dificultar la concepción.
El estrés, el consumo de alcohol, tabaco, drogas, una mala alimentación o el exceso de ejercicio físico también influyen en la fertilidad.
La infertilidad puede tener múltiples causas y, en la mayoría de los casos, requiere un diagnóstico médico para identificar el problema y tratarlo adecuadamente. Si llevas tiempo intentando concebir sin éxito, lo más recomendable es realizar estudios especializados.